El Reiki es una de las técnicas que se incluye dentro de las Terapias Naturales, específicamente en la categoría de «Técnicas sobre la base de la energía», según la clasificación del National Center for Complementary and Integrative Medicine. Esta práctica se basa en la canalización de la energía universal a través de las manos del terapeuta para promover la sanación física, mental y emocional.
El Reiki sostiene que existe una energía vital que fluye a través de todos los seres vivos y que, cuando esta energía está equilibrada, el cuerpo puede alcanzar un estado óptimo de salud y bienestar. La técnica se aplica colocando las manos sobre o cerca del cuerpo del paciente en diferentes posiciones para liberar bloqueos energéticos en los chakras y permitir que la energía fluya libremente, facilitando así el proceso de autocuración del organismo.


Alivia los dolores físicos y afronta la vida con mayor equilibrio.
El reiki es considerado una terapia complementaria, es decir, se puede utilizar junto con otros tratamientos médicos convencionales para potenciar sus efectos y mejorar el bienestar general del paciente. A diferencia de la medicina convencional, que se centra en tratar síntomas específicos, el reiki busca abordar la causa subyacente de los desequilibrios energéticos en el cuerpo. Esta práctica también respeta el funcionamiento natural del organismo y promueve la capacidad autocurativa del cuerpo humano, alineándose con los principios de las Terapias Naturales que buscan mantener la salud y prevenir enfermedades a través de métodos naturales. A medida que el interés en las terapias integrativas crece, el reiki continúa ganando popularidad como una opción viable para quienes buscan una aproximación holística al cuidado de la salud.
Los 5 principios de Reiki son: